Salto al vacio

El delicioso Museo Pablo Gargallo reúne en un palacio renacentista importantes obras del artista que exploró las formas del vacío.

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El museo dedicado a Pablo Gargallo que Zaragoza tiene en pleno centro, en la coqueta Plaza de San Felipe, es uno de los rincones más exquisitos que ofrece la capital aragonesa. Situado en el palacio tardorenacentista de los Condes de Argillo (1661), el espacio propone un paseo para el deleite entre algunas de las esculturas más singulares del artista aragonés, pionero explorador de la relación entre la forma y el vacío. Una de sus obras más famosas, ‘El Profeta’, recibe al visitante en el imponente patio. Es solo el comienzo de un recorrido entre 177 obras del escultor, que incluyen dibujos y cartones, además de numerosa documentación. El museo es fácilmente reconocible por fuera, ya que lo flanquean dos monumentales esculturas ecuestres, realizadas para el Estadio Olímpico de Barcelona en 1929, conocidas como ‘Saludo olímpico’. Merece la pena estar atento a la agenda del museo, ya que a lo largo del año propone numerosas visitas guiadas, entre ellas algunas infantiles.

PABLO GARGALLO, EL PROFETA DE LA ESCULTURA

Nacido en Maella en 1933, sus obras más conocidas son ‘El Profeta’ o los atletas para el Estadio Olímpico de Montjuic.